We want you to know that we respect your privacy. If you want to learn how we collect, use, and share your personal data, you can read our cookies policy here to learn about our privacy practices.
The data can be used in various ways. But the main goal is to gain insights from the web usage of customers, such as the number of visits and the source of traffic. In this case, we could use Google Analytics, Google Tag Manager, and Meta Pixel Ads or others.
To provide essential services, such as handling requests for products and services, managing payments, offering customer support, processing orders and transactions, confirming user information, keeping your account active on our platform, facilitating your participation in public areas of our site, communicating with you, detecting and monitoring security events, safeguarding against malicious or illegal actions, and resolving errors that affect the intended functionality.


From 20,00 € * Fee not included
BuyMARGA y JAIME van a separarse después de 15 años de matrimonio.
Entre lágrimas y reproches se consuelan sabiendo que, al no tener hijos ni mascotas y ni siquiera un coche en común, podrán marcharse sin más, dando un portazo con un clásico: “Yo ya no quiero nada tuyo”.
Pero hay un pequeño detalle en el que no habían caído. Ese portazo hay que darlo con una puerta. Y esa puerta pertenece a una casa. ¡¡¡Y esa casa… es la casa de los dos!!!
Marga y Jaime están dispuestos a rehacer sus vidas por separado, pero ambos consideran que LA CASA les pertenece. Ninguno de los dos quiere marcharse del piso que fue su hogar. Y este mutuo desacuerdo no tiene pinta de resolverse con una separación amistosa.
Empiezan a sacar los trapos sucios y a echarse en cara mutuamente el fracaso de su relación. Jaime piensa que debería irse de la casa el que tenga más culpa de que se estén divorciando. Marga acepta el reto, pero faltaría definir otro detalle importante: ¿Quién va a juzgar cuál de los dos es más culpable?
Jaime cree que él tiene las de perder; y acusa a Marga de que cualquiera le daría la razón a ella, porque sabe aparentar muy bien de puertas afuera. Pero si los demás pudiesen ver por un agujerito cómo es ella realmente en la intimidad, sin filtros, seguro que todos verían que ella es la verdadera culpable.
Marga, muy ofendida, decide demostrar si la teoría de Jaime es cierta o no, y para ello le prepara una gran encerrona (nunca mejor dicho).
Marga y Jaime se encerrarán 21 días en su propia casa mientras unas cámaras ocultas graban todo lo que hacen y dicen. Un programa de televisión que retransmitirá en directo la separación de una pareja. Un reality-show en el que los espectadores decidirán quién de los dos se queda con la casa.
Y ahora empezará la guerra de verdad. Ambos van a tirar de la manta y a sacar toda la mierda que tenían guardada debajo de la alfombra. Aquí ya no hay pudor, ni importa el que dirán… Una pareja abierta en canal. Con todas las vergüenzas al aire. Un matrimonio a la vista desde muchas ventanas indiscretas. Los espectadores del realityshow (y los del teatro) van a poder asistir en directo a todas esas miserias que las parejas suelen mostrar sólo de puertas para adentro.
Ninguno de los dos va a permitir que el otro se guarde nada. Aquí ya no hay secretos, ni medias verdades, ni pensamientos inconfesables, ni vergüenza ajena ni propia… ¡Que lo vean todo! Porque ahora Marga y Jaime son Un Matrimonio sin Filtros. Al que los espectadores van a poder ver a través de un cristal (o de un espejo) …